Tipos de botellas de mezcal artesanala Creyente

Mezcal artesanal: origen e innovación.

El mezcal artesanal ha sido un elemento fundamental de las celebraciones, rituales y encuentros en las comunidades mexicanas. Elaborado principalmente en Oaxaca, aunque también en otros estados como Guerrero, Durango y Puebla, cada región aporta un toque único, que refleja las características de sus suelos y climas. 

A través de los años, el mezcal ha evolucionado sin perder su esencia: es una bebida que respeta la tierra y su diversidad, celebrando la naturaleza y los conocimientos ancestrales. Al combinar sus conocimientos con las plantas autóctonas, los pueblos originarios comenzaron a destilar el agave, dando nacimiento al mezcal como lo conocemos hoy.

Qué es y cuál es el proceso del Mezcal artesanal

El mezcal artesanal se destila siguiendo un proceso artesanal que combina tradición e innovación. Este enfoque permite capturar la esencia mística y única de sus variedades como Espadín, Tobalá, Cuishe y Cristalino. 

El mezcal artesanal se elabora principalmente a mano, utilizando herramientas y técnicas tradicionales, como molinos de piedra (tahonas) para triturar las piñas de agave y fermentación en tinas de madera o piedra. Los hornos de cocción suelen ser de tierra o piedra, alimentados con leña, lo que le da al mezcal su característico sabor ahumado. 

Se utiliza una gran variedad de agaves, desde el popular Espadín hasta otros menos comunes como Tobalá o Cuishe, cada uno aportando sabores únicos. Dependiendo del tipo de agave y del “terroir”, el mezcal artesanal tiene perfiles de sabor muy distintivos. 

Su producción respeta los ciclos naturales del agave, que pueden tardar entre 8 y 25 años en madurar. Esta forma de elaboración apoya las economías locales y mantiene vivas las tradiciones culturales y familiares. Su sabor puede incluir notas herbales, frutales, ahumadas, florales, o incluso minerales, dependiendo de la región, el maestro mezcalero y el tipo de agave utilizado.

Tipos de mezcal

Los tipos de mezcal artesanal son tan diversos como los paisajes mexicanos, sus variedades dependen tanto de la especie de agave utilizada como de los procesos de elaboración. 

Espadín: uno de los tipos de mezcal artesanal más conocidos es el que proviene del agave Espadín. Su sabor es versátil, con notas herbales y ahumadas que representan la esencia clásica del mezcal. Es ideal para quienes se inician en el mundo del mezcal artesanal. 

Tobalá: considerado el “rey de los agaves”, el Tobalá es silvestre y crece en las montañas de Oaxaca, lo que lo hace especial y escaso. Su sabor es complejo, con matices frutales y florales. Este mezcal suele reservarse para momentos especiales debido a su rareza. 

Cuishe: este agave de forma alargada y fibrosa se distingue por sus sabores terrosos y minerales, con un toque sutil de hierbas. Es una excelente opción para quienes buscan un perfil de sabor menos convencional. 

Cristalino: con un perfil suave y brillante, combina la tradición artesanal con un acabado innovador de filtrado que le da claridad y elegancia visual. Este mezcal conserva la complejidad de sabores del agave cocido y ahumado, pero con una textura refinada que lo hace ideal para momentos de alta energía, ya sea disfrutándolo solo o en cocteles. Es la encarnación perfecta de lo místico y lo moderno. 

Además de estos, existen otros tipos de mezcal como las innovaciones de las variedades de mezcal artesanal Creyente, por ello se han seleccionado con sumo cuidado las combinaciones más especiales y únicas para tener una botella de mezcal artesanal 100% equilibrada. Estas creaciones icónicas se conocen como Quimeras, entre ellas puedes econtrar:

Creyente Cristalino,

Creyente Cuishe,

Creyente Tobalá

Creyente Espadín.

Los mezcales pueden ser jóvenes o reposados; el primero se embotella sin añejamiento, mientras que el segundo pasa tiempo en barricas de madera, lo que le aporta mayor suavidad y complejidad de sabores.

Renacimiento del mezcal

En la última década, el mezcal artesanal ha vivido un renacimiento, no solo en México sino en todo el mundo. Ha pasado de ser una bebida poco conocida a un símbolo de autenticidad, tradición y sofisticación. Este boom ha impulsado tanto el interés en los métodos de producción como en el impacto social y ambiental de la industria del mezcal. 

A medida que la demanda crece, hemos adaptado nuestras prácticas sostenibles, respetando los tiempos de maduración de los agaves y promoviendo el cultivo de variedades silvestres para proteger la biodiversidad. 

Al mismo tiempo, la mixología ha adoptado al mezcal como una estrella, y se crean cocteles innovadores que mezclan los sabores profundos de Mezcal Creyente con ingredientes frescos y especias, llevándolo a nuevas audiencias; como el cóctel Quimera de Fuego: un cóctel místico que combina lo ahumado del mezcal con notas cítricas y un toque picante. 

Los festivales de mezcal artesanal, los talleres y las experiencias inmersivas también han surgido para educar a los consumidores y profundizar la conexión con la cultura mezcalera. Desde aprender a diferenciar entre agaves hasta experimentar el proceso de destilación artesanal, el Mezcal Creyente invita a quienes lo disfrutan a ser parte de su mística.

Una experiencia sensorial y espiritual

Beber mezcal artesanal es una experiencia, que va más allá de degustar un destilado. Es conectarse con la tierra, las tradiciones y las personas que hacen posible su creación. El momento idóneo para degustarlo es aquel donde conectes con cada variante, con el espíritu que te propone cada Quimera, por ejemplo. 

Así que la próxima vez que tengas una botella de mezcal artesanal en la mano, tómate unos minutos para apreciar el viaje que ha recorrido esa bebida. Desde los campos fértiles de agave hasta tu botella de mezcal artesanal, cada detalle es una celebración de la naturaleza, la historia y la magia de este elixir sagrado.